lunes, 15 de julio de 2013

Distintas organizaciones pidieron el retiro de tropas de Haití



Carta al presidente Maduro, en la Cumbre del Mercosur, en Montevideo

Escribe: Alberto Dorati*
                                                                      

Hace muchos años que venimos escuchando que la ONU envía tropas de paz para ayudar a Haití en una tremenda situación de crisis. Además, escuchamos que la pobreza y la miseria son artículos abundantes en ese país.
Por ello, se ha creado la MINUSTAH (Misión internacional de Naciones Unidas para la estabilización de Haití), con lo cual uno traduce que esa nación está desestabilizada, y nos dicen que dicha misión tiene carácter de ayuda, es solidaria, para ayudar a los pobres haitianos a recomponerse de todos sus males.

La iniciativa la tomó, como siempre, Estados Unidos. En el año 2004 mandó sus tropas y luego pidió a distintos países de todo el mundo que hagan lo mismo. Así, arribaron tropas de todos los colores y nacionalidades, con el consiguiente costo millonario para la ONU.
Ahora bien, si deseamos ayudar a Haití, ¿hay que enviar tropas con armas? Siempre que uno acude a solidarizarse con otro, lleva las manos, los brazos y el corazón abierto para dar todo lo mejor.
Aquí está la parte del cuento que nunca aparece. ¿Es realmente una misión solidaria la que la ONU lleva adelante en Haití? ¿O simplemente es una más de las tantas intromisiones que Estados Unidos ejecuta avasallando la libertad de un pueblo?
El viernes 12 de Julio, en Montevideo, se realizó la Cumbre del Mercosur, a la que asistieron los presidentes de los países miembros (Uruguay, Argentina, Paraguay y Venezuela) y también el presidente boliviano Evo Morales.
En la cumbre se habló mucho del episodio vivido días pasados por el presidente Evo Morales en Europa y elevaron un duro reclamo a Estados Unidos por las denuncias del supuesto espionaje de sus servicios de inteligencia en varios países latinoamericanos.
Esta situación, que no me parece novedosa, ya que Norteamérica nos ha espiado toda la vida desde la tierra y desde el aire, aparece al menos contradictoria con la decisión que mantienen firme varios países latinoamericanos de enviar tropas para la misión de la ONU en Haití.
Está claro que Estados Unidos no sólo nos espía, sino que, habilidosamente, utiliza las fuerzas armadas de nuestros países para hacer el trabajo sucio y luego ellos devorar el manjar codiciado.
La Coordinadora Uruguaya por el retiro de tropas de Haití, junto a otras organizaciones sociales, como la Junta Americana por los Pueblos Libres (de Entre Ríos y Santa Fe), entregaron el mismo día que se realizó la Cumbre del Mercosur, una carta dirigida al Presidente Pro Témpore del Mercosur, Sr. Nicolás Maduro, en la que se exige el retiro inmediato de la MINUSTAH del territorio haitiano.
Luego, por la tarde, en la sala Maggiolo de la Universidad de la República, se llevó a cabo una mesa redonda, donde Henry Boisrolin, residente haitiano en Argentina, brindó detalles de la situación que se vive en su país, y particularmente las consecuencias desastrosas de la presencia de las tropas de Naciones Unidas.
Asimismo, los representantes de las distintas organizaciones que adhirieron al pedido de retiro, expresaron su solidaridad y se comprometieron a continuar trabajando para lograr la liberación del pueblo haitiano.

HAITI: UN PAIS VIOLENTADO

Cuando todos pensamos en la loable tarea que las tropas de Naciones Unidas realizan en Haití, sólo nos basta dialogar con Henry Boisrolin, un haitiano que actualmente vive en la ciudad de Córdoba, pero que permanentemente viaja a su país y lucha denodadamente por la soberanía de su país.
“Mucha gente cree que se trata de misiones de solidaridad, nosotros no. Nosotros decimos que es una violación de nuestra soberanía y de nuestro derecho a la autodeterminación. Y además, que nosotros creemos que políticamente no hay posibilidad de resolver los problemas de nuestro país sin la recuperación de nuestra soberanía. Eso es fundamental. Además, no creemos que nadie, más allá de la buena voluntad o mala voluntad que pueda tener, va a poder reemplazar el accionar del pueblo haitiano. El sujeto histórico de la consumación es el pueblo de Haití, acompañado, obviamente, por una solidaridad respetuosa de la soberanía por parte de sus hermanos en el mundo, no solamente en América Latina”, afirma Henry con absoluta seguridad.
Haití fue el primer país latinoamericano que consiguiera su independencia desde 1794, cuando su pueblo esclavizado se rebelara al colonialismo francés bajo el liderazgo de Jean Jacques Dessalines, transformándose en la primera nación negra libre de este continente.
Luego, los haitianos tuvieron fuerte influencia en los procesos independentistas de otros países, como Venezuela, Ecuador y Colombia, entre otros. Incluso, se sabe que cuando Buenos Aires debió librar batalla contra los ingleses, en 1806 y 1807, fueron los haitianos los que se ofrecieron, con hombres y armas, para ayudar a enfrentarlos. Desde el Virreinato rechazaron la propuesta, pensando que estos “negros revoltosos” podían ser causantes del levantamiento de los negros esclavizados en Buenos Aires, tras la batalla.
En ese sentido, Henry reflexiona: “centenares de haitianos murieron junto a patriotas latinoamericanos para la independencia de varios países latinoamericanos. Hemos dado armas, municiones, dinero, víveres. Nuestros ancestros hicieron esto y hoy nos devuelven con una ocupación inadmisible”
Para saber cuáles son las consecuencias de la ocupación haitiana, sólo hay que conocer los episodios lamentables que se han sucedido. Entre ellos, los que nos narra Henry Boisrolin con fuerte indignación: “Con la presencia de esas tropas, hoy por hoy, Haití sufre una epidemia de cólera que nos costó más de 6.000 muertos ya, y más de 600.000 personas infectadas. Además de las violaciones a niñas haitianas, a mujeres, jóvenes, etcétera. En Uruguay ustedes saben el caso de Jhonny Jean, en el año 2007, reconocieron que soldados de Sri Lanka habían violado a niñas haitianas. En el tema del cólera, todos los estudios científicos demostraron claramente que se trataba de una epidemia que salió de la base de los nepaleses, miembros de la Minustah, en Big Valley, en Haití. Entonces, hablar de cosas positivas, realmente no. También, cuando el pueblo salió a exigir por el salario mínimo de 200 gourdes, la Minustah ayudó a la policía haitiana a reprimirnos. Cuando el pueblo salió a la calle para exigir, para decir no, para luchar contra el hambre, etcétera, también la Minustah salió a reprimir. Entonces, frente a esto, nosotros decimos que es tiempo, no vamos a esperar cien años, como pasó con la guerra de triple alianza, para pedir perdón al pueblo paraguayo. No podemos esperar cien años después para pedir perdón al pueblo de Haití”. Además, el reconocimiento de Naciones Unidas, en el año 2007, de la violación de niñas de 12 años por parte de 114 soldados de Sri Lanka, y la masacre de niños en Cité du Soleil, hechos que nunca se juzgaron porque los soldados tienen inmunidad. Henry afirma: “Inmunidad es igual a impunidad”.
La infección de cólera se esparció cuando los soldados nepaleses, infectados por el mal (esta es la denuncia), arrojaban sus heces al río principal de Haití. Debemos considerar que sólo el 2% de los haitianos tienen agua potable y por ende el río se usa para lavar la ropa, cocinar y dar de beber los animales. La inconciencia mató a miles.
Cuando Haití conmemoraba el bicentenario de su independencia, en 2004, fue derrocado el presidente Jean Bertrand Aristide y enviado al exilio. Inmediatamente ingresaron al país tropas francesas, estadounidenses y canadienses. En Abril de 2004, el consejo de seguridad de Naciones Unidas, votó la resolución 1542, donde propusieron la formación de la MINUSTAH. Tras ello, ofrecieron la comandancia militar a Brasil, quien la aceptó gustosamente, pensando en su objetivo de obtener un puesto permanente en el consejo de seguridad. “Es lo que nosotros llamamos la tercerización del imperialismo. Nosotros los llamamos así, es la tercerización del imperialismo, donde el trabajo sucio lo hacen otros en lugar de ellos directamente. Pero los verdaderos comandantes de esto, no son otra cosa que los Estados Unidos”, expresa Henry, conociendo de antemano que el Estado Mayor  de la MINUSTAH está conformado en su mayoría por Estados Unidos, Canadá y Francia, mientras que los países latinoamericanos sólo tienen tres representantes.
Respecto de los objetivos que persigue el imperio yanqui, Henry analiza diversos aspectos. “creo que hay fines económicos, porque Haití tiene reservas de oro, petróleo, etcétera. También es la situación geopolítica de Haití. Haití es el país más próximo a Cuba, 77 kilómetros  nos separan, Haití es el país que comparte la isla con República Dominicana, Haití está a escasos minutos de vuelo con Puerto Rico y con Jamaica. Es decir, controlar a Haití es fundamental. Además de esto, la mano de obra superbarata. Las empresas norteamericanas aprovechan eso para explotar lo más que se pueda al pueblo haitiano ¿no?”.
Haití es una nación que supo tener y practicar una vida plena, con todos sus poderes funcionando en pos de la libertad de los esclavizados y la libertad de los pueblos oprimidos por el colonialismo existente en el continente. Tras las reiteradas ocupaciones Haití se fue empobreciendo hasta llegar a la debacle que enfrenta hoy. “Basta de decir que hay pobreza en Haití: es un país emprobrecido. Eso es fundamental tenerlo en cuenta. No fuimos a ningún supermercado a comprar miseria ni pobreza. Eso tiene una explicación y la explicación quieren negarla.  Hay que entender lo que significó en el mundo imperial, la derrota sufrida por Napoleón. Haití era un mal ejemplo. Había que castigarlo. Además del tema del racismo”.
Henry Boisrolin está muy seguro que el pueblo haitiano recuperará su soberanía. “No es que no sepamos llorar, lloramos mucho, pero sabemos que no podemos seguir llorando, tenemos que luchar. Sabemos que el mayor esfuerzo lo tendrá que hacer el pueblo haitiano, pero el camino será menos difícil para nosotros si podemos contar con la comprensión y la solidaridad de gente como ustedes. Los que quieren destruir Haití tienen que hundir la isla; si no lo hacen, seguramente, tengan confianza en el pueblo haitiano, que vamos a ganar”.

*Periodista, miembro de la Junta Americana por los Pueblos Libres –JAPL-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario