sábado, 17 de agosto de 2013

Haití, cuna de la libertad americana, hoy es un país invadido

La siguiente es una alocución del militante haitiano Henri Boisrolin en la Universidad de la República, en Montevideo, la semana pasada, parte de un movimiento en toda América tendente a retirar de Haiti las tropas que invadieron el país con motivo del terremoto y siguen allí.

Para hacer alguna referencia en particular, quiero destacar el trabajo arduo y complejo que desarrolla la coordinadora por los derechos humanos de Uruguay, por el retiro de las tropas de la Minustah en Haití.Alberto Dorati, periodista de Gualeguaychú, asistió a la conferencia de Henri en nombre de la Junta Americana por los Pueblos Libres. Henri vive actualmente en Córdoba, Argentina.

También a los demás compañeros que vienen trabajando en Argentina y en Brasil, por el retiro de las tropas. Esto es lo que ha permitido la realización el 1º de Junio de este año, la gran jornada mundial, por el retiro de las tropas de Haití.
Sé que el tiempo es tirano. Mi planteo va a ser sobre tres ejes fundamentales. Cómo presentar Haití a ustedes, cuáles son las principales reivindicaciones del pueblo haitiano hoy y lo que tenemos que hacer. En ningún momento mi intervención será basada en lástima, en espíritu de derrota, sino tratar de ser realista y consecuente con la historia del pueblo de Haití.
¿Cómo presentar Haití a ustedes? En dos o tres palabras, hablar de Haití es entender que es un pedazo de Africa en América, un territorio avasallado, donde se cometieron genocidios y etnocidios, donde desaparecieron a los primeros habitantes, que trajeron africanos, mal llamados esclavos, sino esclavizados, porque nadie quiso ser esclavo, y durante tres siglos son ellos los que han trabajado para producir la riqueza de otros.
Fue en esta tierra donde el sistema esclavista tendría su mayor desarrollo, en cuanto a las contradicciones del sistema, y la lucha de clases que se va a dar va a permitir en condiciones objetivas y subjetivas, Haití va a concluír, conducida por Dessalines en aquél momento, en una vanguardia revolucionaria para acompañar las luchas de las masas esclavizadas, con un planteo político y militar, organizando su propio ejército, y derrotar en una guerra de doce años al colonialismo. Por primera vez en la historia, los esclavizados pudieron construír un país, la república de Haití, la primera república negra del mundo. Un nación que supo tener y practicar una vida internacionalista, en pos de la libertad de los esclavos y la libertad de los pueblos oprimidos por el colonialismo del continente americano.
Es así que, en distintas oportunidades, participaron de la liberación de otros pueblos americanos y más de 500 mil murieron por eso, y nos pagan con tropas.
Sin embargo, esa gran revolución, esa brillante avanzada de la verdadera libertad, porque cuando Francia plantea en 1789, con la revolución francesa, libertad, igualdad y fraternidad, era libertad a medias, porque mantenían la esclavitud. Ni siquiera pudieron, abolir la esclavitud en 1776, porque la esclavitud fue abolida después de la guerra de secesión. La esclavitud fue abolida en 1848, muchos años después de la liberación de los esclavizados en Haití.
Pero esta revolución fue interrumpida. En 1806, con el asesinato, no sólo de Dessalines, sino de sus lugartenientes. Las clases reaccionarias haitianas, aliadas a los franceses fundamentalmente, pudieron tomar el poder. A partir de ahí creo que hay también una autocrítica del poder revolucionario haitiano, que no supimos o no pudimos, desde 1830 hasta hoy retomar el camino.
Así llegamos a 1915 hasta 1934, con la primera ocupación militar norteamericana en Haití, transformando a Haití en una perfecta neocolonia de Estados Unidos. Estas estructuras, a través de los años, llegaron a colapsar, base fundamental para entender el empobrecimiento de Haití. Basta de decir que hay pobreza en Haití es un país empobrecido. Eso es fundamental tenerlo en cuenta.
No fuimos a ningún supermercado a comprar miseria ni pobreza. Eso tiene una explicación y la explicación quieren negarla. Hay que entender lo que significó en el mundo imperial, la derrota sufrida por Napoleón. Haití era un mal ejemplo. Había que castigarlo. Además del tema del racismo, que no tenemos tiempo para desarrollarlo, pero en alguna oportunidad sería interesante trabajarlo a este tema también.
En segundo lugar, nosotros creemos profundamente que hoy por hoy Haití es un país sacrificado, entregado, en la mesa de negociaciones. No solamente con el imperio, con el imperialismo norteamericano y francés, sino también entre los muchos países latinoamericanos, porque de otra forma no podemos entender la presencia de tropas argentinas, brasileras, uruguayas, chilenas, bolivianas, ecuatorianas, peruanas en Haití. La comandancia militar la tiene Brasil, pero ¡qué curioso¡ Cuando uno trata de entender o de justificar lo injustificable cae a veces en planteos que insultan a la razón y sobre todo al corazón.
Porque hacer creer que una misión como la de Naciones unidas para la estabilización de Haití, es una misión enviada para ayuda humanitaria, para estabilizar el país, desarrollar el proceso democrático y consolidar las organizaciones. Sin embargo, cualquiera de ustedes puede revisar informaciones al respecto y se van a dar cuenta que durante estos nueve años, estas tropas, por algunas investigaciones internas de las Naciones Unidas en el año 2007, se reconoció que 114 soldados de Sri Lanka, miembros de la Minustah, violaron a niñas haitianas de 12 años, lo único que hicieron, los trasladaron, porque ellos gozan de inmunidad, inmunidad significa impunidad también.
Un año más tarde, entraron a mansalva en cite du Soleil, masacraron a niños inocentes, jóvenes criaturas. También cuando el pueblo salió a la calle a exigir el aumento salarial de 200 gourdes, menos de 50 pesos, reprimió la Minustah. Y ahora, un grupo de científicos, demostraron que la epidemia del cólera proviene del batallón de Nepal que están en el centro del país y nos contaminaron el único río importante que tiene Haití, donde la gente, el dos por ciento de la población haitiana tiene agua potable, todo se hace a través de los ríos, la van su ropa, se bañan, los animales toman el agua ahí, eso lo contaminaron.
Hoy hay más de 6.000 muertos por el cólera y 600 mil infectados. Cuando los familiares de las víctimas exigen una indemnización, la Onu dice que no, que ellos no son responsables porque tienen inmunidad, inmunidad igual a impunidad.
Dicen que fueron a promover la democracia, pero ni siquiera tienen sentido común. No puede haber democracia en un lugar donde el pueblo no es soberano. Y si tenemos elecciones organizadas por la comunidad internacional, el consejo electoral haitiano quiso acomodar los resultados y la comunidad internacional dijo no. Es lo que pasó en 2011, donde se dijo que ganó Martelly, pero no lo dijeron los votos, sino la señora Clinton Menos del 25 por ciento del electorado haitiano participó, a esas elecciones llamaron democráticas.
Lo que debemos hacer es exigir el retiro de las tropas, cueste lo que cueste. Si no recuperamos nuestra libertad, nuestra soberanía, va a ser imposible retomar el camino de 1806, el camino trazado por los esclavizados cuando vencieron en el campo de batalla al colonialismo francés.
La otra cuestión es que nosotros no queremos ningún tipo de caridad, estamos en contra de todo tipo de nacionalismo, no hay ocupantes buenos ni malos, todos los ocupantes son verdugos, hacen algunos el trabajo sucio de otros. Y es por eso que nosotros consideramos a la Minustah como la tercerización del imperialismo en Haití.
Algunos países que pretenden ser potencia, como Brasil, que busca un puesto permanente en el consejo de seguridad de la ONU, sacrifica su estilo, ideas, etcétera, y manejan la Minustah. Pero entre comillas manejan la Minustah, porque ustedes saben que Brasil tiene la comandancia militar, pero el estado mayor de la Minustah tiene solamente a tres latinoamericanos, la mayoría son norteamericanos, franceses y canadienses.
Nosotros, para cerrar, queremos defender esto en todos los foros donde asistimos. No es que no sepamos llorar, lloramos mucho, pero sabemos que no podemos seguir llorando, tenemos que luchar. Sabemos que el mayor esfuerzo lo tendrá que hacer el pueblo haitiano, pero el camino será menos difícil para nosotros si podemos contar con la comprensión y la solidaridad de gente como ustedes.
Yo decía hoy, y no es por fanfarrón ni nada, los que quieren destruir Haití tienen que hundir la isla, si no lo hacen, seguramente, tengan confianza en el pueblo haitiano, que vamos a ganar. Muchas gracias.

Fuente: AIMdigital.com.ar

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