jueves, 21 de noviembre de 2013

Una página de Noam Chomsky: Estados Unidos como “Estado rufián”

Por Niko Schvarz

Esta nota se propone resumir las principales ideas contenidas en un artículo del notable pensador y lingüista estadounidense Noam Chomsky, titulado “El mundo se libera de Estados Unidos”. Si usted, amigo/a lector/a, ya lo leyó, no pierda el tiempo. Yo apenas agregaré un prescindible comentario final.
Comienza señalando Chomsky que “durante el más reciente episodio de la farsa de Washington que ha dejado atónito al mundo (se refiere al cierre virtual del gobierno y a la violenta reacción contra el Medicare de Obama) un comentarista chino escribió que si Estados Unidos no puede ser un miembro responsable del sistema mundial, tal vez el mundo deba separarse del Estado rufián que es la potencia militar reinante, pero que pierde credibilidad en otros terrenos”. Tras señalar el papel que ahora desempeña la extrema derecha republicana del Tea Party, recuerda que ya en 1999 el analista político Samuel P. Huntington advirtió que para gran parte del mundo Estados Unidos se “convertía en la superpotencia rufiana” Al comienzo de la presidencia de George Bush, el presidente de la Asociación de Ciencia Política, Robert Jervis, advirtió que “a los ojos de gran parte del mundo el primer estado rufián hoy día es Estados Unidos”.

Un elemento clave para esta caracterización es el desprecio por parte de los gobiernos estadounidenses de los tratados multilaterales, por lo que se colocan al margen de la ley internacional. En la revista Foreign Affairs, David Kaye dice que el rechazo de los tratados multilaterales “como si fuera un deporte” es la forma en que Washington se aparta del mundo. Algunos tratados son rechazados de plano, como cuando el Senado votó contra la Convención de los derechos de las personas con discapacidades en 2012 y el Tratado de prohibición de ensayos nucleares en 1999. Otros son desechados por inacción, como los referentes a derechos laborales, económicos o culturales, conflictos armados, especies en peligro, contaminación, armas nucleares, derechos del mar, discriminación contra las mujeres.

En otras palabras: Estados Unidos hace lo que le parece en cualquier lugar del mundo, en contravención abierta de las leyes internacionales. Un ejemplo: hace unas semanas fuerzas especiales de Estados Unidos raptaron un sospechoso, Abú Anas Libi, de las calles de Trípoli, capital de Libia, y se lo llevaron a un barco para interrogarlo sin permitirle tener un abogado ni respetar sus derechos. El secretario de Estado John Kerry declaró que esa acción era legal porque cumplía con las leyes estadunidenses. Chomsky se pregunta qué sucedería si los cubanos secuestraran al terrorista Luis Posadas Carriles en Miami y se lo llevaran a La Habana para juzgarlo según las leyes cubanas.

Agrega: “Sólo los estados rufianes pueden cometer tales actos. Con más exactitud, el único Estado rufián que tiene el poder suficiente para actuar con impunidad, en años recientes, para actuar a su arbitrio, para sembrar el terror en grandes regiones del mundo con ataques de drones y mucho más. Y para desafiar al mundo en otras formas, por ejemplo con el persistente embargo contra Cuba pese a la oposición del mundo entero, fuera de Israel, que votó junto a su protector cuando la ONU condenó el bloqueo por 188 a 2 en octubre”. Cita también al estadista de su país Dean Acheson quien en 1962 instruyó a la Sociedad de Derecho Internacional en el sentido de que no existe ningún impedimento legal cuando Estados Unidos responde a un desafío a su “poder, posición y prestigio”. En otros términos: “piense el mundo lo que piense, las acciones de Estados Unidos son legítimas porque así lo decimos nosotros”.

Su conclusión es que “el poder hegemónico ofrece la posibilidad de volverse un Estado rufián, que desafía libremente el derecho internacional mientras enfrenta creciente resistencia en el exterior y contribuye a su propia decadencia por las heridas que se inflige a sí mismo”.

Acaba de publicarse en Estados Unidos un libro de los periodistas Mark Halperin y John Heilemann titulado “Double Down: Game Change 2012”, referido a la campaña electoral 2012 entre Obama y Mitt Romney, en el cual documentan que es el propio presidente, premio Nobel de la Paz 2009, quien ordena los ataques con drones, que provocaron entre dos y tres mil muertes en diversas latitudes. A todo ello se agrega el espionaje practicado por Estados Unidos a escala planetaria.

Según se demostró hasta la saciedad, la agencia NSA, del Pentágono, interceptó millones de comunicaciones telefónicas y mails, monitoreó por años los celulares de 200 políticos incluidos 35 gobernantes de países como Irán, China, Rusia, Afganistán, Pakistán, Irak, Corea del Norte, Arabia Saudita, así como Alemania, Francia, Italia, España y, en nuestra América: Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú. Todo ello se debatirá próximamente en la ONU a propuesta de Brasil y Alemania, instancia en que el Estado rufián estará en el banquillo de los acusados.

Fuente: ARGENPRESS.info

No hay comentarios:

Publicar un comentario